La economía de la atención: ¿Por qué tu atención vale tanto?

En una publicación anterior, exploramos la relación inversa entre el tiempo invertido en redes sociales y la capacidad de innovación: a mayor dedicación a las plataformas digitales, menor espacio para la creatividad (puedes consultar el análisis aquí). Más allá de los evidentes beneficios de internet —como el acceso instantáneo a la información—, surgen preguntas clave: ¿Por qué nuestra atención es tan valiosa? ¿Y por qué se ha convertido en el recurso más disputado de la era digital? Parte de la respuesta obedece a lo que sacrificamos al permanecer conectados.

Según el Global Digital Report 2025 (Digital 2025: Informe Global — DataReportal), los adultos pasamos un promedio de 6 horas y 38 minutos diarios en línea, cifra que aumenta entre 30 y 40 minutos para usuarios de 16 a 34 años. En otras palabras, dedicamos cerca del 40% de nuestras vidas activas a interactuar con dispositivos o servicios digitales.

El mismo informe revela que el descubrimiento de marcas y productos a través de motores de búsqueda creció un 7.2% entre 2022 y 2024, mientras que las redes sociales experimentaron un incremento aún más notable: 11.7% en el mismo periodo. Estos datos reflejan el poder de captación de las plataformas digitales.

Pero el verdadero termómetro de esta pelea por nuestra atención está en las cifras económicas:

El gasto en publicidad digital global alcanzó los 549.51 mil millones de dólares estadounidenses en 2022, con proyecciones de 870.85 mil millones de dólares paar 2027 (https://www.statista.com/statistics/237974/online-advertising-spending-worldwide/).

Solo en 2023, las ventas minoristas de comercio electrónico sumaron 5,8 billones de dólares y se espera un crecimiento del 39 por ciento en esta cifra en los próximos años, con expectativas de superar los ocho billones de dólares en 2027 (https://www.statista.com/statistics/379046/worldwide-retail-e-commerce-sales/)

Estos datos, aunque generales, responden a nuestras inquietudes iniciales, y exponen una realidad incuestionable: nuestra atención es la base de una economía multimillonaria. Su valor radica tanto en lo que dejamos de hacer —innovar, crear o profundizar en el conocimiento (costo de oportunidad)— como en su capacidad para generar ingresos, mantener y abrir nuevos mercados. En otras palabras, cada clic y segundo frente a la pantalla se monetizan. 

El libro de Johann Hari, "El valor de la atención: por qué nos la robaron y cómo recuperarla" ganador de la decimotercera edición de los Premios Know Square al mejor libro de empresa del año es una buena lectura para entender esta problemática (puedes consultar el análisis aquí). El debate ético y legal sobre las estrategias que manipulan emociones para enganchar a los usuarios es necesario. Pero desde lo pragmático, al tomar conciencia del valor de nuestra atención, protegerla se convierte en un acto de soberanía personal y productividad estratégica. 


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